jueves, 13 de febrero de 2014

CLAUDIO II MATÓ A "SAN VALENTÍN"

Según cuenta la historia San Valentín tiene su origen en la Roma del Siglo III.

En este periodo se prohibía el matrimonio entre los soldados alegando que rendía más un hombre soltero que uno casado que estaba emocionalmente ligado a la familia.
En estas circunstancias surge la figura de San Valentín, sacerdote cristiano que ante la injusticia decide casar a las parejas bajo ritual cristiano a escondidas. 
Protege a los enamorados y cogen prestigio sus bodas secretas.
Claudio II le condenó a muerte y fue ejecutado el 14 de febrero.

Siempre pensé que el amor es una de las cosas más frágiles que tiene la humanidad.
Aunque algunos amores son inquebrantables como el de los hijos, otros como el de pareja son frágiles en su totalidad. Luego tenemos el amor propio que a veces nos sorprende con su resistencia, y el amor por las cosas que es ese que se desvanece sin traumas.

Para los nada románticos como yo, el amor es una reacción química que se produce en el cerebro con las endorfinas haciendo de flechas de Cupido. De ahí que el amor sea un proceso que se desarrolle en el cerebro y no en el corazón.

Ya sabemos que no es romántico pero......nos guste o no es pura química.
Quevedo lo describía como " Es hielo abrasador. Es fuego helado. Es herida que duele y no se siente"


Según la revista Nature el investigador Larry Young del Centro Nacional de Primatología de la Universidad de Emory cree que se podría desarrollar fármacos que podrían aumentar o disminuir nuestros sentimientos hacia los demás.
Entonces yo me pregunto; -
¿Podría una pastilla devolver la chispa a un matrimonio?
-¿Materializaríamos la flecha de Cupido en una inyección?
 
Uffff ya no se venderían flores o perfumes y las farmacias tomarían el relevo de tiendas y grandes almacenes.
 
Descartamos lo que nos diga la revista Nature y ese tal Larry.  De todas maneras química o no el amor es locura, y alivia dolores, ilumina las caras y beneficia a la salud. Y cuando por desgracia atravesamos la delgada línea que separa el amor del odio debemos hacerlo con el convencimiento de que lo mejor está por llegar.

Pero como no quiero que el post de hoy os traiga trauma post, os dejo unos fragmentos  de cartas de amor de hombres ilustres. Y unas cuantas fotos que representan para mi el amor


"No apetezco sino lo que tú ambicionas para ambos porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos comparados con el hecho de que seas mía. Estoy adormilado y muy triste al pensar que tengo que conformarme con escribirte en vez de besar tus dulces labios". Sigmund Freud le escribió a su novia y futura esposa Martha Bernays

-¿Nuestro amor no importa?, Y el contesta -siempre tendremos Paris"



Víctor Hugo, otro romántico empedernido, escribió en cierta ocasión a Adèle Foucher: "Tienes razón. Hay que amarse y luego hay que decírselo, y luego hay que escribírselo, y luego hay que besarse en los labios, en los ojos, en todas partes".

 Amor en la ficción y en la realidad



Albert Einstein también expresaba con frecuencia sus sentimientos hacia su gran amor, Mileva, por carta. "En todo el mundo podría encontrar otra mejor que tú, ahora es cuando lo veo claro, cuando conozco a otra gente. [...] Hasta mi trabajo me parece inútil e innecesario si no pienso que también tú te alegras de lo que soy y de lo que hago."


 Sin palabras.
 


Por su parte, Franz Kafka le envió numerosas cartas a su amada Felice. En una fechada en enero de 1913 le expresaba así su doble amor hacia ella y la literatura: "Querida: te pido con las manos alzadas que no sientas celos de mi novela. Cuando los personajes en la novela se dan cuenta de tus celos, se me escapan, más aun cuando sólo los tengo agarrados por la punta de sus vestidos. Y ten en cuenta que, si se me escapan, tendría que correr tras ellos, aunque fuera hasta el mundo de las tinieblas, su verdadero hogar.

Feliz Día de los enamorado a todos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario